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lunes, 7 de mayo de 2012

Señor Coronel Carlos Alfonso Suarez


Existe gran indignación, no solamente en los medios castrenses sino en muchos sectores de la sociedad colombiana, por este nuevo atropello cometido por un sistema judicial politizado y revanchista, que viene siendo cuestionado desde hace algunos años por sus aberrantes e inexplicables actuaciones en contra de muchos miembros inocentes de nuestra Fuerza Publica. Victimas de este atropello, se encuentran actualmente cerca de tres mil militares tras las rejas.
Esta justa reacción, tal como la hace publica el periódico La Patria de la ciudad de Manizales, recoge el sentir no solamente de quienes integran las reservas activas de la nación, sino también el de los soldados de la patria, que día a día ofrendan sus vidas para proteger a la nación colombiana.Ojala, que frente a tantas ofensas y agresiones, estos fieles servidores logren mantener esa férrea moral y voluntad de lucha que siempre los ha caracterizado en la defensa de nuestras instituciones patrias.
Que Dios nos guarde !!!

Brigadier General Jaime Ruiz Barrera
         Reserva Activa Ejercito Nacional
Medio:
Pensamiento Colombia
Fecha:
Abr 28, 2012
Título:

De héroe a villano

De héroe a villano

27/04/2012

Jorge Enrique Pava Quiceno

La Patria, 27/04/2012

Corría el año 2007 cuando arribó a Manizales el Teniente Coronel Carlos Alfonso Suárez, en calidad de Comandante del Batallón Ayacucho. Colombia, gracias a la contundencia de nuestra fuerza pública, estaba empezando a recuperarse de una situación caótica acumulada durante más de cuarenta años de conflicto armado. El presidente Uribe había dado las órdenes precisas de combatir con toda la energía a los criminales de las Farc, el Epl y demás grupos de antisociales que de manera cruel se habían apoderado del país y nos tenían acorralados en nuestras ciudades y pueblos.

Poco se veía al coronel Suárez en las instalaciones de su Batallón, y menos en eventos sociales o en actividades familiares que pudieran ser normales para cualquier colombiano. Su vida transcurría en el monte, en las selvas caldenses y en los lugares más inhóspitos combatiendo, en compañía de sus hombres, a alimañas despiadadas como alias ‘Iván Ríos’ y ‘Karina’ que se habían apoderado de vastos territorios y provocado el desplazamiento de campesinos y ciudadanos honestos a quienes no les quedaba más remedio que abandonar sus propiedades para salvar su vida.

En marzo de 2008, hace su aparición alias ‘Rojas’ -jefe de seguridad del mencionado asesino-, trayendo consigo la mano derecha, la cédula de ciudadanía, el pasaporte y el computador personal de su jefe. Les dijo a las autoridades que le había dado muerte a su patrón para aliviar la presión a la que estaban sometidos por los operativos militares. Contó que estaban cercados, incomunicados y que hacía días no podían comer. Era un triunfo más de nuestro Ejército colombiano y, específicamente, del coronel Suárez quien había sacrificado todo en su vida y todo en su familia para traer paz y tranquilidad a nuestra región.

Y mientras los medios se solazaban en informar el éxito de nuestras fuerzas militares, las tropas al mando del coronel Suárez seguían acosando los reductos de criminales armados que otrora se paseaban como amos y señores por tierras caldenses y antioqueñas. Fue tal el acoso y la presión, que Karina, la rebelde más sangrienta y despiadada de las Farc, y que se había convertido en una obsesión para el presidente Uribe, decidió entregarse a las autoridades y rendirse al verse impotente ante la contundencia de nuestro Ejército.

En ese entonces el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, exhibía orgulloso la muerte de ‘Ríos’ y la entrega de ‘Karina’ como unos de sus mayores logros, y se envalentonaba -por obvias razones- con las batallas que nuestra fuerza pública les iba ganando a los criminales organizados. Se podría decir que, gracias a las acciones de hombres como el coronel Suárez en Caldas, y los demás miembros del Ejército Nacional en el resto del país, el prestigio del entonces Ministro ascendía aceleradamente y le iba asegurando un éxito futuro en su vida política.

Pero las cosas cambian, y en nuestro país las vemos retroceder peligrosamente. Hoy, el mismo coronel Suárez, el comandante de nuestro Batallón Ayacucho, el estandarte de la defensa de nuestro territorio, quien sacrificó casi toda su vida para entregarnos tranquilidad a todos los colombianos, y uno de los impulsores de nuestro actual Presidente, se encuentra perseguido jurídicamente, procesado por los mismos actos por los que fue laureado, y encarcelado e incomunicado como el peor delincuente. ¿Es eso justo?

Ni siquiera se le ha concedido la prisión en una guarnición militar. No se ha tenido la mínima consideración por el servicio que le prestó a nuestra Patria, ni se han entrado a estimar los inmensos beneficios que le trajo al país. Más bien, en contraprestación por sus servicios, su lealtad y evidentes logros, se le ha alejado definitivamente de su esposa y sus tres pequeños hijos y de la sociedad en general. Hoy piden una condena de 43 años de prisión por haber dado de baja a José Alirio Jaramillo Grisales, en zona rural de Anserma, Caldas, delincuente que había purgado una condena de doce años como integrante del Epl, y se le acusaba y perseguía por liderar una banda que delinquía en varios sectores de nuestro departamento. ¡Qué tal!

Mientras ‘Karina’ funge como mediadora de paz y se pasea por todos los rincones del país en medio de un aparatoso mecanismo de seguridad, nuestro coronel Suárez está confinado a una cárcel donde se encuentran los mismos delincuentes que él combatió con valentía, obedeciendo las órdenes del hoy presidente Santos. Y mientras él le sirvió a su Ejército mostrando resultados; a su país consiguiendo tranquilidad y seguridad; y a su Gobierno obteniendo éxitos que se traducen en el poder presidencial actual, hoy el Coronel se encuentra abandonado por unos, e ignorado por el otro.

Esa es, infortunadamente, la forma como los colombianos les estamos pagando a quienes entregan todo en su vida para mantener nuestra seguridad. Por casos como este -que no es aislado, ni único-, los criminales de las Farc se están volviendo a apoderar del país. Porque la moral del Ejército se encuentra amenazada por unas fuerzas oscuras que logran penetrar los órganos de justicia, y una legislación que parece diseñada para favorecer a nuestros peores enemigos. ¿Con qué confianza procederá nuestra fuerza pública a obedecer las órdenes de sus superiores si, como en este caso, estando de jefe directo el propio Ministro de Defensa (hoy presidente de la República), y obrando bajo sus órdenes, se le paga al coronel Suárez con una injusta persecución? En estos momentos se encuentra su familia vendiendo todos los bienes para afrontar su defensa. Es decir, el trabajo de toda su vida y los esfuerzos y logros en el ejercicio de sus funciones, van a quedar en manos de los abogados, y toda una carrera de sacrificios quedará confinada con él en una cárcel. ¿Qué dirá nuestro presidente Santos? ¿Qué harán por él nuestras Fuerzas Militares? ¿Qué reacción tendrá nuestra sociedad ante esta injusticia? Este es otro de los aberrantes casos en que nuestros militares pasan de héroes a villanos. ¡No puede ser!

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